martes, 21 de febrero de 2012
El polivalente Sebastián Vizcaíno, primer embajador de un país europeo en Japón
Un personaje de nuestra historia, tan peculiar como olvidado en nuestros días. Se le recuerda por la polivalencia en sus tan distinguidos oficios. Estaba capacitado tanto como para tomar las armas de militar, participando en la anexión de Portugal por parte de la corona española, o entablar negocios como comerciante en sus visitas a Filipinas, México, etc.
Separadamente de las dos profesiones anteriores, y como buen español, fue un gran explorador que indagó por la costa pacífica de la actual California y México. La misión de Vizcaíno no era otra sino cartografiar dicha costa, elaborando con gran precisión abundantes mapas que sirvieron de enorme utilidad para los navegantes españoles que por allí se hallaban. Durante sus expediciones y mientras realizaba los mapas, se dedicaba a nombrar cabos, golfos y mares, incluso él le dió nombre a las importantes ciudades de Ensenada (México) o San Diego (California), entre otras.
Por último, hablaremos de la profesión que le dió más popularidad en los tiempos que vivió. Si ya fue pionero en muchas de sus tareas anteriores, en la siguiente lo fue mucho más, Sebastián Vizacaíno se dedicó también a la Diplomacia.
Como diplomático fue enviado por Felipe III el Piadoso a Oriente, ansioso el monarca de establecer relaciones con los paises asiáticos. Luego de ser elegido emisario en Filipinas, cambió su destino al poco tiempo para ir a Japón en 1611. Cabe recalcar que durante el siglo XVII Japón era un gran Imperio rico en especias y con gran actividad comercial, pero estaba practicamente aislado de los paises de Occidente. Al llegar a la corte de Japón con el cargo de embajador de España, Sebastián Vizcaíno se conviertió en el primer embajador europeo en el Imperio del sol naciente. A Vizcaíno le acompañaron gran cantidad de mercaderes para comerciar con este país. Aprovechando los viajes de los comerciantes, fueron acompañando a estos, misioneros jesuitas con la función de fundar órdenes cristianas en esta nación, aglutinando una considerable comunidad de cristianos.
Tras su muerte, fue honrado al bautizar con su nombre varios lugares que él exploró, como la Bahía Sebastián Vizcaíno o el Desierto Sebastián Vizcaíno, que vemos en la imagen.
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