martes, 29 de mayo de 2012

Juan Vázquez Coronado, conquistador de Costa Rica y fundador de Cartago

Éste conquistador salmantino nacido en 1523 llevaba sangre conquistadora en las venas. Su tio fue el gran descubridor Francisco Vázquez Coronado, el cual hiciera fructíferas incursiones en Norteamérica.

Desde joven, supo ejercer tanto labores políticas como militares. Intervino activamente en la conquista de las actuales Guatemala o El Salvador. A la edad de 17 años ya era alcalde de Guatemala. A los 26 lo fue de El Salvador. A los 33 fue también alcalde de Honduras y a los 38 de Nicaragua.

En 1562, a la edad de 39 años, Coronado recorrió Costa Rica de punta a punta para una conquista definitiva de ésta región luego de dos expediciones. La primera expedición fue tan satisfactoria, que acabó siendo Alcalde de Costa Rica ese mismo año. En la segunda expedición atravesó la cordillera de Talamanca hasta llegar a las llanuras caribeñas.

Un año más tarde, en 1563, marchó hasta el Valle de Guarco. Coronado, al quedar fascinado de éste lugar, el cual describe como: el mejor de las indias para poblar una ciudad. Fue así como Vázquez de Coronado fundó una ciudad cerca de los ríos Coris y Purires, a la cual nombró Cartago.
La figura de Vázquez Coronado siempre es recordada como la de un gran conquistador, el cual prefería utilizar el método diplomático y pacificador con los indígenas, en vez de la vía armada. Durante su mandato en Costa Rica cómo Gobernador Vitalicio de la Provincia, los españoles y los indígenas siemrpe tuvieron buena relación incluso una profusa amistad.
En 1564 marcha a España para informar al rey Felipe II de sus conquistas. El rey Prudente le confió a Vázquez Coronado una renta anual y un título vitalicio y hereditario de las tierras conquistadas por éste. A su regreso a Costa Rica, la mala suerte se ensaña con este intrépido conquistador y hábil diplomático. Tras un desgraciado naufragio, Vázquez Coronado muere en medio del Oceáno Atlántico sin poder disfrutar de las tierras que le pertenecían.


lunes, 28 de mayo de 2012

Álvar Fáñez, el lugarteniente de El Cid. El otro héroe de la Reconquista española


Según los escribanos del siglo XI, este noble castellano leonés nació en torno al año de 1047. Para empezar a hablar de éste personaje podriamos decir que fue un valeroso guerrero, excelente en el arte de la guerra y sobrino de El Cid Campeador, además de ser su fiel e incondicional lugarteniente.

Su nombre era temido entre las tropas moras, casi tanto como el de El Cid. Lo primero que hizo fue encargarse de proteger la frontera de Castilla con el Imperio Almorávide, saliendo siempre victorioso, incluso aumentando los territorios para el rey castellano Alfonso VI. De hecho, las provincias fronterizas de los dos mundos, el cristiano, y el musulmán, Cuenca y Toledo, eran conocidas como las tierras de Álvar Fáñez.

Reconquistó Medina del Campo en el 1077. Recuperó las plazas de Alcocer, Mondéjar, Romanones, Tendilla, Santaver, Toledo o Valdeavero. En la víspera de San Juan del año 1085, tomó la villa de Horche, justo antes de tomar la vecina ciudad de Guadalajara. Ciudad que fue arrebatada a los moros, para siempre, enmarcada dentro del proceso de conquista de la taifa de Toledo. Para conmemorar esta epopeya, el escudo de Guadalajara muestra a Álvar Fáñez a caballo tomando la ciudad amurallada.
En 1097, el gobernador almorávide de Murcia conquista de nuevo Cuenca, pero en 1111 Álvar Fáñez la volvió a reconquistar. En la Villa de Huete, en Cuenca, se encargó de repoblar la ciudad, tras el traspaso de ésta villa por el último Rey moro de Toledo al mismisimo Álvar Fáñez.

En el año de nuestro señor 1114, muere en combate el protagonista de nuestra historia tras una rebelión en Segovia, sus restos mortales fueron llevados a su oriunda tierra de Burgos.

sábado, 19 de mayo de 2012

Pedro I de Aragón y la conquista cristiana de Huesca gracias a San Jorge

Pedro I era hijo del rey Sancho I de Aragón y V de Pamplona. Pedro I heredó en 1094 de su padre sus respectivos tronos y gobernó durante 10 años hasta su muerte en 1104.
Se dice que fue amigo y aliado del Cid Campeador. De hecho consta en los libros de historia que participó junto al héroe nacional en batallas como la de Bairén, en la cual combatieron contra los almorávides y salieron victoriosos.

Bajo su reinado, la Corona de Aragón no dejó de expandirse, sus posesiones llegaron hasta el Desierto de los Monegros. No paró de ganarle terreno a las huestes invasoras musulmanas. En 1096 se produce en Huesca la Batalla de la Alcoraz. En esta contienda se chocan nuevamente los dos mundos, por una parte los cristianos de Pedro I, y por otro, los musulmanes del rey de la Taifa de Zaragoza. Se dice que la pelea fue dura y difícil. Fue entonces cuando las tropas cristianas se encomendaron a Dios, al verdadero, al nuestro, para poder salir vencedores de la horrible batalla. La respuesta de Dios no se hizo esperar. Envió al mártir San Jorge, que bajó del cielo a caballo, portando con él una gran cruz roja. Los soldados tras captar la señal de Dios volvieron a la lucha con todo el arraigo y empatía posible. Los musulmanes no daban crédito a lo que estaba sucediendo y sin más, fueron vencidos, abandonando el lugar subitamente. Tras medio año de asedio, Pedro I entró en Huesca.

Para conmemorar tan gloriosa victoria, se utilizó la cruz de San Jorge en emblemas de Huesca y de todo Aragón honrando a su santo salvador. Incluso ahora en nuestros días, la cruz forma parte del escudo de Aragón.

Pero Pedro I no cesó en su lucha de recuperar las tierras que estaban en manos de los invasores. En 1101 recuperó Barbastro, también Sariñena e incluso intentó tomar Zaragoza, consolidando de esta manera la supremacía militar de las tropas cristianas sobre las musulmanas. A los pocos años de ésto, falleció dejando en el cargo a su hermano Alfonso I "El Batallador".

viernes, 18 de mayo de 2012

Wifredo el Velloso, creador de Cataluña


Wifredo(840-897) nunca rigió nada denominado Cataluña ya que, éste nombre fue dado a esta región unos trescientos años después. Pero, fue el vasallo que poseía gran parte de lo que hoy conocemos como Cataluña, por lo tanto le podemos atribuir la creación y fundación de ésta región española. Le fueron dados los condados de Barcelona y Gerona, entre otros, por los reyes carolingios franceses.

Sus tierras no fueron independientes ya que el poder absoluto de ellas estaba siempre en manos del rey francés. No obstante, el reino Carolingio se disolvió creando ciudades feudales, lo que permitió que las tierras de Wifredo pasaran a ser suyas y hereditarias. Por lo tanto Wifredo se convirtió en el fundador de la dinastía condal barcelonesa.

A partir de entonces, todos los hispanos que habían cruzado los Pirineos por temor a los musulmanes vuelven a habitar sus antiguas tierras. La región crece abundantemente y Wifredo manda a contruir gran cantidad de iglesias, monasterios y nuevas fortificaciones en los castillos. También se repueblan nuevas comarcas que estaban dejadas de la mano de Dios.

Wifredo consiguió grandes conquistas a los moros, ciudades como Cardona, Osona, Montserrat, o Manresa. Incluso llegó a atacar la fortificación de la ciudad de Lérida. Los musulmanes estaban atemorizados por su gran expansión por el noreste penínsular. De hecho el señor de Lérida y sus hombres, devolvieron la "visita" a Wifredo y atacaron la ciudad de Barcelona, dónde dieron muerte a éste en un cruento combate. Sus restos mortales se encuentran en el Monasterio de Ripoll.




jueves, 17 de mayo de 2012

Cuando Don Julián Sánchez monta a caballo dicen los españoles: ¡Vienen los charros!

Está claro que España es cuna de héroes y heroinas, practicamente cada trozo de tierra de la piel de toro ha visto nacer a uno de ellos. La mayoría de estos héroes demostraron su valentía durante la guerra de expulsión de los franceses(1808-1814). Su destreza fue tal, que llegaron a cambiar el curso de la historia. Si Aragón tuviere a su Agustina, Málaga al Capitán Moreno o Burgos al Cura Merino. Salamanca también tuvo su paladín. Se trata de Julián Sánchez "El Charro".



Al comenzar la guerra, Julián Sánchez crea una partida de guerrilleros llamada "Los Doscientos de Don Julián" los cuales disponían de gran destreza y habilidad como jinetes. El Charro campaba con sus hombres por la provincia de Salamanca. Ésta provincia era un punto crucial para el paso de las tropas napoleónicas hacia Portugal. Aunque forman parte del Ejército regular español, el Charro y sus hombres se mueven a sus anchas con total libertad por los campos salmantinos, creando pavor a las huestes invasoras.

La guerra transcuye y son muchos los salmantinos que quieren luchar bajo el mando de Don Julián. Todos son bien recibidos para pelear contra los galos y la partida llega a ser tan grande que pasa a denominarse Regimiento de Lanceros de Castilla. Mientras tanto los atemorizados franceses casi ni se atreven a pasar por Salamanca, no vaya a ser que les sorprendieran el Charro y sus hombres. Todo francés que por allí pasa o muere, es hecho prisionero o retrocede.

El Charro se convierte rapidamente entre sus paisanos en su semidios montado a caballo. Llega a burlarse del mismisimo General Dorsenne, el cual había capturado el caballo de Julián que lo había perdido. El Charro se presentó de incógnito en la misma plaza del pueblo llena de soldados franceses. Allí recuperó a su caballo, se montó en él y salió tan velozmente que ningún francés pudo acercarse para capturarlo.

En 1812, la expulsión de los franceses de España va a toda prisa. Tras varias victorias decisivas en Salamanca gracias, en gran parte, a el Charro y sus hombres, los ejércitos imperiales se van replegando hacia el norte. Pero las aventuras del Charro no acaban. Julián persigue a los viles invasores hasta Burgos, dónde crea sustanciales bajas a los enemigos. Después marcha a Álava o Aragón, dónde los jinetes charros entran en Zaragoza. Y más tarde penetra en Cataluña dónde participó de manera activa en varias batallas.

Julián Sánchez no cesó ni un momento en combatir a los franceses durante la guerra. Es quizá, uno de los mejores héroes de esa guerra tan cruel. Uno de los más grandes patriotas que se recuerdan. Y es que aún hoy se escuchan por Salamanca viejas coplillas que honran su nombre. Ese nombre que nunca olvidaremos los que amamos a España. Una parte de la copla dice así:
"Cuando Don Julián Sánchez monta a caballo
dicen los franceses ¡viene el diablo!
Cuando Don Julián Sánchez monta a caballo
dicen los españoles ¡vienen los charros!"

martes, 15 de mayo de 2012

La Isabela, primera ciudad fundada por europeos en América

En lo que hoy es una provincia de la República Dominicana, la preciosa Puerto Plata, se erigió en 1493 la primera ciudad fundada por los españoles en América, "La Isabela". El nombre fue dado en honor a la reina de Castilla Isabel I.

Los españoles llegaron a esta parte de la Isla de la Española en el segundo viaje de Colón, después de ver que el Fuerte de la Navidad que habían construido durante el primer viaje había quedado destruido por los indígenas mientras Colón estaba en España preparando el segundo viaje.

En La Isabela se construyeron decenas de casas de madera, paja y piedra. Edificaron iglesias, hospitales, calles y plazas. En ese momento era el único puerto que comunicaba España con el Nuevo Mundo.



Con el consentimiento de los Reyes Católicos, Colón nombró como primer alcalde de la ciudad a su hombre de confianza, el marinero de una de las naves de la expedición Antonio Torres. Sólo dos años después de su fundación, La Isabela fue abandonada por aprobación de Colón. Los colonos de esta ciudad marcharon a lo que se llamó "La Nueva Isabela". Esta nueva ciudad es el origen de lo que hoy es Santo Domingo, capital de la República Dominicana.

Fuerte La Navidad, primera colonia europea en América

El fuerte "La Navidad" se construyó en lo que hoy día es Haití. Fue en la isla que descubrieron los españoles el 5 de diciembre de 1492 llamada por Colón "La Española". Veinte días después del descubrimiento de la isla, el día de navidad, la Santa María, una de las tres naves del descubrimiento (Pinta, Niña y Santa María) quedó encallada entre las rocas en la costa noroccidental de la actual Haití.


Al quedar irreparable la nave, Cristóbal Colón decidió hacer de los escombros de la embarcación una fortaleza, fundando así la primera colonia de europeos en el Nuevo Mundo.

Colón decide volver a España para contarle a los Reyes Católicos el éxito de su viaje. Colón lleva alimentos e indios de las nuevas tierras descubiertas. En España fue recibido como un héroe y los RRCC le anima a hacer un segundo viaje. Este viaje se produce un año más tarde. Al cruzar de nuevo el Atlántico llega al Fuerte La Navidad y se encuentra todo calcinado y a los hombres que dejó allí asesinados por los indígenas.

Colón tras éste duro golpe decide marcharse de allí por el temor de nuevos ataques de unos indígenas, los cuales no se sabía cuantos eran ni de que armas disponían. A pesar de que no duró ni un año. Este sitio pasará siempre a la historia por ser el primer asentamiento europeo en el continente americano.

lunes, 14 de mayo de 2012

El Capitán Moreno "El honor de un patriota español no se vende"

Este nuevo héroe español que hoy os presento se trata de un excelente militar y un colosal patriota. Vicente Moreno Baptista nació en Málaga en 1773 y le tocó vivir en la turbulenta etapa de nuestra historia de reyes traidores, abdicaciones e invasiones pusilánimes.

Siendo un brillante capitán del ejército regular español, harto de regalar victorias a los franceses debido a penosos planteamientos de los generales para las batallas, decide organiza una guerrilla en Sierra Morena. Él se convirtió en el Jefe de una partida reducida y camparía a sus anchas por terrenos que él bien conocía. Inició así un gran número de ataques sorpresa y emboscadas que causó grandes daños a las huestes francesas.

El Capitán Moreno se convirtió en muy poco tiempo en una figura respetada, temida e invencible. Durante una de sus partidas, un hombre codicioso y sin honor, le traicionó cual Judas por unas monedas. Esperando a un supuesto contigente francés y preparados para la emboscada fueron atacados por sorpresa por coraceros franceses. De los 40 hombres que iban con Moreno sólo sobrevivieron seis. Los franceses le ofrecen a Moreno su libertad y el grado de coronel si jura lealtad a José I. La respuesta de Moreno fue contudente:
-"El honor de un patriota español no se vende".
Por este heroico acto los envidiosos franceses que no acostumbran a estos actos en su país colgaron a los seis guerrilleros supervivientes en las ventanas de la cárcel en la que hoy es la Plaza de la Constitución de Málaga.

Vicente Moreno al no cambiar la opinión de que no juraría lealtad a un ejército invasor y por lealtad a España fue sentenciado a Garrote por un tribunal francés. Hasta su propia mujer e hijos trataron de convencerle para así poder salvar su vida. Pero la decisión de este bravo español no cambiaría. El día 10 de agosto de 1810 fue llevado hacia la plaza de la Iglesia dónde le esperaba la muerte. Allí estaban presentes su esposa e hijos. Moreno giró la cabeza para mirarlos, se sentó en la silla, tragó saliva y con voz doliente y altiva les gritó.
-"¡Por España!
De manera inmediata el verdugo estranguló al héroe, figura imborrable en los recuerdos de cualquier patriota.

jueves, 10 de mayo de 2012

Ramón de Cardona, almirante catalán y hombre de confianza de Fernando II El Católico

Uno de los mejores marinos españoles de los siglos XV y XVI. Ramón Folc de Cardona Anglesola nació allá por el año 1467 en el municipio de Bellpuig, Lérida. Su linaje pertenece a una de las familias más importantes de la historia de Cataluña con casi cinco siglos de historia. El origen de su familia en España viene del primer Conde de Cardona, un francés que fue a Cataluña a luchar contra los musulmanes bajo las órdenes de Carlomagno.

Ramón de Cardona fue hombre de confianza del Rey Católico Fernando II de Aragón. Ya en el siglo XVI, más concretamente en el año 1505, el Rey aragonés le ordena tomar la ciudad argelina de Mazalquivir, en el norte de África. Ramón de Cardona conquistó la ciudad y sirvió de punto estratégico para la futura conquista de Orán. Ambas ciudades permanecieron unidas y bajo corona española durante 400 años.



Durante las famosas Guerras Italianas del Reino de Aragón en la península Adriática, Ramón de Cardona tuvo gran protagonismo en la Guerra de La Liga Santa contra la República de Venecia. En 1513, siendo jefe del ejército de la Santa Liga derrotó a los venecianos en Novara y en la batalla de Motta. En ésta última el ejército veneciano liderado por Bartolomeo d'Alviano trató de impedir a Ramón de Cardona que se retirase del Véneto, pero fue fuertemente derrotado por Cardona y sus fuerzas dispersas. No sólo consiguió vencer a los venecianos en Novara o Motta, también expulsó a las tropas francesas de Francisco I del norte de Italia. Incluso sitió la mismisima ciudad de Venecia.

Tras ser humilladas sus tropas en Italia, el rey francés Francisco I llego a decir de los españoles:
"España sólo pare hombres armados"

En el ámbito diplomático, Ramón de Cardona fue Virrey de Sicilia y de Nápoles (Por separado). Siendo unos de los últimos virreyes aragoneses antes de la unificación de Aragón con Castilla.


Tras su muerte en Nápoles en 1522, su cuerpo fue llevado a Lérida. Debemos prestarle especial atención al sarcófago dónde está enterrado, en su pueblo natal de Bellpuig. Este monumento funerario fue realizado por el escultor renacentista italiano Giovanni da Nola. Realizado con mármol blanco de Carrara.

miércoles, 9 de mayo de 2012

Ángel Sanz Briz, un ángel en Budapest

Un "héroe" en España significa estar olvidado, hoy me apetece contar la historia de uno de los muchos que parió nuestra patria, el "Ángel de Budapest".


Ángel Sanz fue un fiel diplomático del Gobierno de Franco. Este zaragozano de familia acomodada, compaginó sus estudios de derecho diplomático enrolado en las tropas nacionales durante la Guerra Civil Española (1936-1939). Al finalizar la guerra con victoria del bando Nacional de Franco fue enviado a la embajada española en el país de los faraones a El Cairo.

Comienza la II Guerra Mundial (1939-1945) y Ángel Sanz fue enviado a Hungría a la embajada de Budapest. Aunque en Hungría no se adoptó ningún plan de expulsión ni exterminio de los judios, el país se mantuvo beligerante en la contienda dentro del bando del Eje junto a Alemania.

Tras dos años en Budapest, Alemania invade Hungría (1944) y la tranquila vida del diplomático español cambiaría radicalmente. Comienzan las expulsiones del país magiar de todos los judíos. En trenes cargados de vidas partían, no se sabe si hacia Auschwitz o expulsados fuera de Europa. Algunos se atreven a decir que en Hungría fueron asesinados medio millón de judíos en poco menos de un año. Cifra que parece subrealista pero no hay otras fuentes fiables.

El protagonista de ésta historia, español de buen corazón, no podía consentir estas lamentables acciones por parte de los alemanes. Con una indignación brutal y el consentimiento del Gobierno de Franco hizo todo lo que tuvo en sus manos para poder salvar el mayor número de vidas inocentes que pudo. Sobornó a oficiales nazis con dinero que recaudaba alquilando edificios de la propia embajada española. Gracias a los sobornos, con documentos falsificados por él mismo, consiguió que el Gobierno de Hungría le condeciera la nacionalidad española a 200 judíos sefardíes. Pero la lucha incesable del "Ángel" hizo que la cosa no quedara ahí, los 200 judíos se convirtieron en 200 familias. Y éstas familias fueron aumentando tanto y tanto que llegaron a nacionalizarse hasta 5.200 judíos. Estos judíos húngaros estuvieron protegidos por el Gobierno español hasta el 16 de enero de 1945, fecha en que los soviéticos entraron en Budapest.

Por sus actos fue condecorado con los mejores galardones que pueda entregar cada país del mundo. Entre ellos la Cruz de la Órden de Malta de la Santa Sede, la de la Órden de Carlos III en España, así como distinciones del mismo estilo en paises como Bélgica, Guatemala, Holanda, etc.


En año 2008 y tras la visita de S.M. El Rey Juan Carlos I a Hungría fue inaugurada esta placa en la embajada española en Budapest dedicada a Sanz Briz, capaz de salvar a miles de judíos del Holocausto en Hungría en 1944.




lunes, 7 de mayo de 2012

La Legión Azul en el frente ruso


La Legión Española de Voluntarios (Legión Azul) se creó exactamente dos días después de la disolución de la División Española de Voluntarios (División Azul) el 17 de noviembre de 1943. El Comandante en Jefe de la compañía fue el Coronel de Infantería García Navarro. Se decidió crear esta nueva compañía para poder seguir combatiendo contra el Comunismo en la Gran Guerra. De hecho La Legión Azul sólo participó en el Frente del Este combatiendo contra la Unión Soviética.

Esta Legión que, tuvo un año de existencia, estaba compuesta por hombres venidos desde todos los puntos de la geografía nacional española. Patriotas, católicos, fascistas, nacional-sindicalistas o simplemente anticomunistas fueron a luchar a Rusia. En total eran 2.269 voluntarios conformados en 2 banderas de Infantería, 1 bandera mixta de Sanidad e Intendencia y la Plana Mayor.

La actuación de esta nueva compañía no fue tan gloriosa y brillante como lo fuese la División Azul, quizá el motivo fuese que el Ejército alemán estaba más debilitado que nunca y la desmoralización estaba generalizada en las tropas anti-soviéticas. A mediados de diciembre La Legión llega a la ciudad de Kostovo. Una vez allí toman posiciones y se preparan para un esperado ataque artillero soviético. Un mes después, el 15 de enero de 1944 las líneas rusas comienzan su avance. Tan sólo cuatro días hicieron falta para provocar la deshonrosa retirada alemana. En el Ejército alemán logicamente estaba también La Legión Azul.

Aunque la huida fue oprobiada, hubo una acción por parte de los españoles que no puede caer en el olvido. Mientras los alemanes se batían en retirada por mitad de los bosques y ríos helados. Los españoles decidieron unirse y tomar la estación ferroviaria, cerca de la población de Liuban. Mientras la estación estaba fuertemente asediada por los rusos, los españoles contraatacaban como podían para mantener abierta la estación. Las bajas en la compaía española fueron muchas pero gracias a esto miles de soldados alemanes pudieron salvar la vida e integrarse en otros pelotones.


La labor de los españoles no pasó desapercibida. El General Helmut Priess, consideró que la acción heroica de los españoles al enfrentarse a un ejército en superioridad numérica y salvar el grueso del Ejército alemán, debía ser recompensado con la Cruz de Hierro. Premio que recibieron el coronel García Navarro, al cual vemos en la imagen, y algunos valientes legionarios que participaron en tan grande epopeya.

Tras la repatriación de los soldados españoles por órden expresa del General Franco, el General alemán Lindemann, Jefe del XVIII Ejército, le dedicó estas emotivas palabras a la Legión Azul:

- Donde nosotros quedamos y a donde quiera que vosotros estéis yo se bien que nuestra lucha común seguirá.

Las respuesta de García Navarro fue la siguiente:

- Con vuestro Ejército queda nuestro voto de triunfo y suerte de soldados.

El coronel se dirigió por último a sus heroicos soldados, montado en su caballo, izó el brazo derecho, y orgulloso con voz firme y clara gritó:

-¡Legionarios españoles! ¡Por Dios y por España! ¡Viva la Legión! ¡Viva España!

Inmediatamente se escuchó una palabra al unísono salida de la garganta de dos mil patriotas:

-¡Viva!

sábado, 5 de mayo de 2012

Juan de Austria y la victoria de Lepanto


Don Juan era hijo del Emperador Carlos I y hermano del sucesor de éste en el trono español, Felipe II. Nació en la por entonces provincia española de los Paises Bajos Españoles, actual Bélgica.

Desde joven rechazó la vida eclesiástica que le propuso su padre el Emperador Calors I. Cuando ya reinaba su hermano Felipe el prudente, éste lo nombró Capitán General de la Mar. Tras redimir con éxito las revueltas de los moriscos en las Alpujarras se crea en Europa en 1571 la Liga Santa con la intención de parar el avance turco en el viejo continente. Esta Liga estaba integrada por el Reino de España que aportó la mayoría de las naves y soldados y sufragó casi todos los costes. También participó en este bando los Estados Pontificios, la República de Venecia, la Orden de Malta, la República de Génova y el Ducado de Saboya.

Todas las tropas cristianas estaban bajo el mando de Don Juan. Para esta ocasión se rodeó de los mejores navegantes españoles de la época como Alvaro de Bazán, Alejandro Farnesio o Luis de Requesens entre otros. La derrota significaría dejar indefensas las costas de los territorios españoles en Italia, África o la propia península Ibérica, que se vería desprotegida del avance otomano.

La flota cristiana, unos 300 barcos en total y casi 100 mil hombres, partió desde Mesina hacia el mediterráneo oriental en busca de los turcos. El plan de Don Juan era salir a su encuentro allá dónde se encontrasen y combatir agresivamente. El encuentro se produjo en el Golfo de Lepanto, actual Grecia. Allí se habían refugiado las 300 naves de la armada otomana con sus 120 mil soldados.



La mañana del 7 de octubre de 1571 se pruduce la más grande ocasión que vieron los tiempos, ni esperan ver los venideros, como dijo nuestro queridísimo Don Miguel de Cervantes, el cual participó en la batalla. Antes de comenzar tan colosal batalla, Don Juan arengó a sus tropas de manera brillante y contundente:

"Hijos mios, a morir hemos venido, o a vencer, si el cielo lo dispone. No déis ocasión para que el enemigo os pregunte con arrogancia impía, ¿donde está vuestro Dios?. Luchad en su santo nombre porque muertos o victoriosos habréis de alcanzar la inmortalidad".

Muy en serio debieron tomarse los soldados cristianos estas palabras, ya que consiguieron ganar la batalla al temido enemigo turco antes de que cayera la noche. La victoria se llevó a cabo gracias al arrojo y valentía de los soldados que lucharon cuerpo a cuerpo sin temor a la muerte, incluso el propio Don Juan. La inteligencia de los capitanes también fundamental en el triunfo de la Liga ya que con sus conocimientos, la veteranía y el valor empleado en la batalla hicieron retroceder las huestes otomanas, salvando a Europa de una terrible invasión turca.



Las galeotas turcas no pudieron con las galeras españolas. Sus flechas no pudieron con nuestros arcabuces. Nuestros hombres estaban más preparados para la guerra que ellos... Nuestro Dios era más fuerte que el suyo.



viernes, 4 de mayo de 2012

¡La Virgen del Pilar dice que no quiere ser francesa, que quiere ser capitana de la tropa aragonesa!

Ya hemos hablado en este blog de muchas batallas en la Guerra Anti-Invasora contra los fraceses. Ya hablamos de las victorias de Bailén o San Marcial entre otras. En esta ocasión contaremos lo que pasó en la ciudad turolense de Alcañiz.

Conocida como la Batalla de Alcañiz, en esta nueva contienda entre españoles y franceses se enfrentaron en igualdad de condiciones las tropas del Mariscal Suchet y las del General Joaquín Blake.

Este alto mando español nacido en Málaga, de origen irlandés y antifrancés de vocación, ya participó con voluntarios de Castilla en la Guerra del Rosellón contra la Revolucion Francesa de Napoleón. Curtido de tantas batallas contra los invasores galos, en ocasiones brillante ganador en otras fuertemente derrotado.


Comienza el año de 1809 y los generales franceses intimidan por la fuerza a los inocentes españoles obligandoles a rendirse en algunos casos del norte peninsular. Habiéndose rendido ciudades como Zaragoza entre otras, a finales de enero de este año los franceses mandan un emisario a Alcañiz con la intención de que este pueblo
capitulase y se rindiese, cosa que no hicieron. En la tarde del 26 de enero de 1809 sitiaron fuertemente la ciudad que solo podía defenderse con civiles y cuchillo en mano. La ciudad quedó destrozada, saqueada y expoliada de todos sus bienes.

El 23 de Mayo de 1809 se encuentran los dos ejércitos frente a frente en las proximidades de Alcañiz, librándose aquí la mayor batalla de la guerra de todo el Bajo Aragón. Los primeros en avanzar fueron los hombres del experimentado Suchet a los cuales él llamaba "la máquina de guerra". Los españoles mientras tanto se desplegaban por varios flancos y tenían controladas las posiciones más altas subidos en grandes cerros. Los franceses atacaban enérgicamente por el centro mientras la caballería española le cerraba el paso por los lados y los arrinconaban. No queriendo ser derrotado, Suchet decide dar una nueva arremetida y escoge a los 2 mil hombres más frescos y que aún no habían participado en la batalla.

Las escuadras francesas no pudieron romper la línea española y fueron embestidos por la artillería española siendo desordanados e inmediatamente derrotados. Los franceses no tuvieron otra opción que la de retirarse rapidamente dejando atrás a los quinientos cadáveres y mil quinientos heridos aproximadamente de su ejército. Las perdidas españolas fueron en total de unas trescientas.

Esta decisiva victoria española en Alcañiz fue fundamental en esta primera parte de la guerra ya que frenó radicalmente a las tropas imperiales de Napoleón en su intento de tomar la Península Ibérica. Para conmemorar esta proeza se decidió levantar este obelisco en el mismo sitio dónde se produjo la contienda, en memoria del arrojo de los valientes vencedores de la batalla, cien años después de producirse ésta. En el obelisco hay una placa que se puede leer lo siguiente:
Este obelisco se ha erigido por suscripción pública en honor del ejército y del pueblo como memoria del primer centenario de la batalla.