Aunque italiano de nacimiento (Lauria-1245) sirvió y honró de excelente manera a la Corona de Aragón y a tres monarcas aragoneses distintos: Pedro III, Jaime II y Federico III.
En 1282, Roger de Lauria fue nombrado por Pedro III comandante de la flota aragonesa. Para resumir de alguna manera la labor de este valiente marinero podríamos decir que estando al mando de las naves aragonesas arruinó completamente el poder naval francés de la época e impuso el poder absoluto de Aragón en el Mar mediterráneo. En 1285 derrotó a los franceses en La batalla de Formigues devastando casi al completo la flota francesa que constaba de 30 galeras. Gracias a esta victoria, se le paró los pies a el Atrevido rey francés Felipe III, el cual aspiraba a colocar a su hijo en el trono de Aragón en lo que se conoció comunmente como Cruzada de Aragón. Ese mismo año, las escuadras de Roger de Lauria derrotaron a los franceses en la Batalla del Collado de las Panizas, lo que obligó a cortar por lo sano la ambición francesa de poseer Cataluña.
Sus victorias eran tan grandes que ningún enemigo de Aragón se atrevía a enfrentarse en mar abierto. Dicen que tras una de sus victorias, en medio de la calma que surge justo después de la tempestad de una cruenta batalla, todos los marineros bajo su mando se quedaron en silencio y admirados de su Almirante, éste en ese mismo momento le dedicó unas célebres palabras a sus enemigos que se batían en retirada:
"A partir de ahora no habrá un sólo pez en todo el Mediterráneo que se atreva a sacar la cola del agua si no lleva atada la bandera con las cuatro barras de nuestro señor rey de Aragón"
Tras llegar a su apogeo, Jaime II (Hijo de Pedro III) se coronó como nuevo Rey de Aragón, y una serie de disputas con su hermano Federico III, que también quería ser rey, supusieron la pérdida del papel protagonista de Roger en la Armada aragonesa. Roger se inclinó al bando de Jaime II, por lo tanto fue tachado de traidor por Federico III, al cual venció de manera brillante en 1300 durante la Batalla de Ponza, llegando a capturar al mismísimo rey.
Hecha la paz, Roger de Lauria se retiró a su Condado de Cocentania (Actual Alicante) dónde murió en 1305. Fue enterrado con todos los honores en El Real Monasterio de Santa María de Santes Creus, en la provincia de Tarragona al pie del sepulcro de Pedro III el Grande de Aragón.
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