Los españoles, rodeados por la flota Holandesa, tras sufrir varias bajas, estaban congelados y con las ropas mojadas. En esos angustiosos momentos, un soldado del Tercio cavando una trinchera tropezó con un objeto de madera allí enterrado. Era una tabla flamenca con la imagen de la Inmaculada Concepción. Anunciado el hallazgo, colocaron la imagen en un improvisado altar y el Maestre Bobadilla, considerando el hecho como señal de la protección divina, instó a sus soldados a luchar encomendándose a la Virgen Inmaculada. El día 8 de Diciembre, una inusual tempestad acompañada de un viento helado hizo que las aguas de los ríos que bañaban la isla se helaran completamente. Los soldados españoles no dudaron un instante y aprovechando que los holandeses aún dormían, llegaron hasta sus barcos caminando por el río helado. Los confiados sitiadores holandeses, no se dieron cuenta de la situación hasta que no tuvieron un machete en el cuello, el Tercio de Zamora destruyó 10 navíos y logró hacer gran cantidad de prisioneros. Fue el almirante Holak quién dijo después de la estrepitosa derrota : " Tal parece que Dios es español al obrar, para mí, tan grande milagro"

Fue a raiz de este suceso acaecido un día 8 de diciembre por lo que este día se celebraría la festividad de la Inmaculada Concepción y sería la patrona de los Tercios de Flandes y de la actual Infanteria española.
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