El primer español en pisar suelo de Cartagena de Indias fue el sevillano Rodrigo de Bastidas, el cual hiciera numerosas incursiones expedicionarias por Colombia. El mismo Rodrigo bautizó este territorio como Golfo de Barú.
En 1503 el cosmógrafo Juan de la Cosa pidió a la Reina Isabel I que cambiara el nombre de Golfo de Barú por el de "Bahía de Cartagena", debido a su gran parecido con la Cartagena del mediterráneo español.
Pasaron tres décadas cuando a inicios del año de 1533 llega a la zona el conquistador madrileño Pedro de Heredia. Al llegar no encuentran a nadie. La tribu de los calamarí los esperaban en otra zona y estaban preparados para una emboscada contra los españoles. Tras combatir ferozmente contra los nativos y éstos ya redimidos, el 1 de junio de 1533 tomó la caseta del jefe indio y clavó una estaca con un letrero que decía "San Sebastián de Calamar". Este nombre fue dado ya que el primer día que llegaron a ésta tierra era 10 de enero, día de San Sebastián. Pero en apenas unos meses, todos se pusieron de acuerdo y decidieron rebautizarla como "Cartagena de Indias".
Cuando nuestro querido Rey Felipe II llegó al trono decidió amurallar la ciudad con más de 11 km de muralla. Se convirtió en la fortificación más completa de toda América del Sur. Gracias a ésto, la ciudad pudo repeler sucesivos ataques de los malditos piratas ingleses a lo largo del siglo XVII y XVIII.
El 13 de marzo de 1741 se produjo el Sitio de Cartagena de Indias, con este sitio culminó la Guerra de la Oreja de Jenkins entre españoles y británicos, demostrando el poderío naval español con una contundente victoria que aún hoy les duele a los ingleses. Gracias a esta brillante victoria España prolongó su supremacía militar en el continente americano hasta el siglo XIX. Podemos recordar algunas cosas sobre este famoso asedio:
La escuadra del almirante Vernon estaba compuesta por 186 navíos y más de 30 mil hombres. Se convirtió en el desembarco más grande la historia, sólo superado por el de Normandía 200 años después. Los españoles al mando del glorioso almirante Blas de Lezo no eran más de 3 mil y sólo contaban con 6 navíos. El asedio fue repelido por el magistral estratega Blas de Lezo, causando más de 8 mil bajas en el lado inglés. Los ingleses realizaron un último ataque, pero fueron definitivamente expulsados finalmente por el, casi olvidado, Coronel de Ingenieros Carlos de Desnaux y sus hombres, el cual fue el verdadero responsable de la victoria terrestre. Con 1.500 bajas más salieron huyendo los bandidos ingleses por la Bahía de Cartagena, después de sufrir una humillación que no tiene parangón en la historia.
El 11 de noviembre de 1811 Cartagena de Indias se declaró independiente de España. Tras diez años de numerosas batallas entre españoles e insurrectos la memorable, insigne, majestuosa y agraciada ciudad de Cartagena dejó de ser española para siempre.
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