Este relato trata sobre una mujer muy heroica que le tocó vivir en la época en que las tropas francesas ocupaban nuestro pais, violaban a las mujeres y destruían nuestro patrimonio, entre otras atrocidades. Aunque, "sólo querían implantar las ideas de libertad de la Revolución francesa", según los galos.
Juana Galán "La Galana" era una mujer con estudios, de familia adinerada, que vivía en Valdepeñas, provincia de Ciudad Real.
Al comenzar la Guerra de Independencia (1808-1814), se produjo en su pueblo la Batalla de Valdepeñas (6 de Junio de 1808), en la cual los vecinos de Valdepeñas, más de 3 mil, habitantes de otros pueblos y guerrilleros de la zona, juntándose en torno a los 8 mil patriotas, se rebelaron contra las tropas invasoras francesas, que contaban con unos mil soldados, aunque experimentados y curtidos.
A falta de soldados, La galana, convirtiéndose en la cabecilla de la revuelta patriota, alentó a las mujeres de la zona para que cogieran armas y se batieran en combate contra los franceses, y así lo hicieron. Mientras que los hombres luchaban desde las improvisadas trincheras, las mujeres del pueblo arrojaban aceite hirviendo desde los balcones de las casas, a las huestes invasoras. Entretanto La Galana salió a la calle a luchar, cachiporra en mano, cuerpo a cuerpo contra los gabachos. Los franceses al verse acorralados por un Pueblo entero, no tuvieron más remedio que huir.
En la Batalla de Valdepeñas, se consiguió una victoria importante para el pueblo español, ya que gracias a la heroicidad de estos manchegos, obligaron a una rápida huida a los perplejos franceses. En consecuencia a su derrota, los franceses vieron cortadas las comunicaciones por tierra entre la capital de España y Andalucía.
En 2008 el pueblo de Valdepeñas, decidió recordar la gesta de sus antepasados, erigiendo una estatua en honor a Juana Galán y a los miles de insignes anónimos. En la estatua se ve a La galana frenando a los franceses con una mano y con la cachiporra en la otra
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